lunes, 12 de noviembre de 2012


Cuando todo es grano

         En 2005 el saxofonista Bill Evans encontró el nuevo rumbo de su carrera musical. Nos lo mostraba con Soulgrass, referencia discográfica con la que ha acabado bautizando su banda y que define con cierta justicia su propuesta musical. Y apunto ‘cierta’ por el hecho de que en realidad esa exploración sonora ha ido in crescendo hasta llegar a la conjunción o mejor dicho simbiosis –por aquello de extraer lo mejor de cada componente- entre buena parte de la herencia musical norteamericana.



Barajar soul, jazz, country, bluegrass con rock & roll y salir absolutamente airoso de la empresa es algo que se le da a la perfección. Lo hace de forma intensa y extensa, siempre con gran vigor y eficacia, sin contemplaciones ni reservas, vaciando toda la carga, de ahí que puede resultar, en ciertos momentos, algo abrumador, aunque siempre encontrará el momento justo para aliviar tensiones.



Aprendió de Davis y McLaughlin la importancia de rodearse de grandes músicos y dejarles espacios y así lo hace. Y cuando la banda es tan extraordinaria como la que nos presentó en el Xesc Forteza –por ciento con su mejor asistencia aunque sin agotar el papel-  uno no encuentra paja para separar, porque todo es grano.
         Disfrutamos hasta la médula de su último Dragonfly. Temas bien estructurados, carnosos, densos, repletos de improvisación y energía. Todo exquisito y sencillamente soberbio Josh Dion tanto con las baquetas como cantante.    



BILL EVANS SOULGRASS BAND. Bill Evans (sax., tec., voz) Ryan Cavanaugh (banjo), Mitch Stein (guit), Frank Gravis (bajo), Josh Dion (bat, voz). Jazz Voyeur Festival, Teatre Xesc Forteza 10 noviembre

Fotos: José Luis Luna

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