jueves, 26 de mayo de 2016



Sinceridad musical


         A priori, y conociendo el repertorio, tenía una cierta curiosidad por comprobar cómo se ajustaría el swing, elegante y danzón, que George Shearing dispuso en 1952 para “Lullabay Of Birdland” en un repertorio en el que predominaban reconocidas referencias operísticas. Es cierto que también se visitaría el “Summertime” de los hermanos Gershwin, George e Ira, pero este ya fue concebido para la aproximación más directa, y famosa por cierto, del jazz a la ópera Porgy and Bess. Y la verdad es que el aspecto más popular, ese otro componente que forma parte del repertorio y que nos mostraba “El cant del ocells” o las propias autorías de Gabriel Fiol, se escoró hacia el bel canto.



         Y es que Voicello, propuesta rubricada por la soprano Carme Garí i el mencionado chelista es, en esencia, porque al fin y al cabo es lo que acaba quedando en los asistentes, un concentrado de arias –“Lascia ch’io pianga” de Haendel, “La Barcarola” de Hoffenbach o “Der Holle Rache” de Mozart-  increíblemente bien configuradas y aún mejor interpretadas, que permite al oyente, como bien reza en la presentación, un mundo de sensaciones.



         Hasta ahí espléndido, perfecto y de impecable etiqueta negra; ahora bien, personalmente creo que pasa un tanto desapercibido, o desvanecido entre tanta pompa, la gran faceta compositiva de Fiol, que precisamente abre el espectáculo con “Una mar d’arrels” –gran creación que inaugura su álbum Cello Works- o “Aina”, maravilloso juego de multiplicación audiovisual, y precisamente también esa forma ‘diferente’ de afrontar con diversas sincronizaciones algunas interpretaciones, además de ese dúo virtual con Jaume Tugores para “Le Cygne” de  Camile Saint-Saëns.
         En cualquier caso, un espectáculo de altura, de proximidad, de sinceridad musical, en el que lo lírico prevalece sobre lo popular.



Voicello. Carme Garí (voz) y Gabriel Fiol (Chelo). Auditori de Peguera, 22 de mayo de 2016



jueves, 19 de mayo de 2016



Elegancia y swing


         A mediados de los años cincuenta, dos de los trombonista que mejor entendieron el discurso del bebop adaptando su instrumento a esa nueva forma de efervescencia jazzística, decidieron crear un quinteto que aún hoy podemos calificar de emblemático. El danés Kai Winding y el norteamericano Jay Jay Johnson, no sólo asumieron un lenguaje, sino que consolidaron esas dos líneas de fuego en la artillería de su quinteto. 



         Este espíritu, esa fórmula y forma de entender el jazz, es la que adoptan los trombonista Josep Oliver y Miquel Gayà con este quinteto que acaba de dar sus primeros pasos bajo el nombre de Boneology y con el que desean homenajear al mencionado e histórico quinteto. Y la verdad es que vale la pena repasar con mimo esos clásicos de Cole Porter, Thelonious Monk, Hoagy Carmichael o del propio Johnson, con los que nos transportamos a los años cincuenta. 

 Sergi Sellés



Wojtek Sobolewski


         Con una dignidad y acierto absoluto, la propuesta asume, a partes iguales, elegancia, brío y un swing realmente destacable. Respaldados por unos grandes arreglos y una sección rítmica extraordinaria –con toda la comodidad que ello ofrece- formada por Sergi Sellés a los teclados, Wojtek Sobolewski al contrabajo y Salvador Font a la batería, los trombonistas desplegaron buena parte de su arsenal creativo. Un discurso propio y diálogo entre ellos que seguro irá en crescendo a medida que vaya madurando aún más la propuesta –lo vislumbramos fácilmente en ese memorable “Blue Monk”, que llegaba con los trombones ya calientes-. Y es que Gayà y Oliver combinan dos sonoridades y registros distintos que se ajustan perfectamente.

 Salvador Font

         Y si una velada como la vivida en el Teatre de Sa Societat de Calvià, tratándose del debut del quinteto, dio tan buen fruto, me atrevo a aventurar que a poco que vaya girando la propuesta, las alegrías pueden llegar a resultar sorprendentes.  

 Josep Oliver



 Miquel Gayà

Boneology. Teatre Sa Societat de Calvià, 6 de mayo de 2016


Excesivamente encorsetado

          Siempre he defendido que la especialidad de jazz fuera asumida por el Conservatorio Superior de Música, pese a toda la problemática que supuso una puesta en marcha más forzada por el devenir de unas avanzadas gestiones ya realizadas que por el propio interés institucional. En cualquier caso el proyecto parece que apuesta por su continuidad, lo cual no deja de ser una buena noticia. Ahora bien, no habría que consentir que el estudio, la técnica, absolutamente imprescindible, y el academicismo mermen las grandes virtudes del género que, al fin y al cabo, son las que lo han mantenido vivo y coleando a lo largo de más de cien años. 



Laia Cagigal

         No quiero decir con ello que tenga que mostrar su aspecto más callejero, imaginativo o autodidacta; pero es bueno que el jazz se aleje en cierta medida de las partituras. Por ello, cuando un concierto protagonizado por los profesores que conforman el equipo docente de la especialidad, se sostiene en exceso en el pentagrama, todo puede sonar de forma impecable –tanto en lo musical como en la interpretación-, por algo desnaturalizado.


 Pau Terol

 
         Y así fue, en la mayoría de los clásicos y standards que nos ofrecieron Laia Cagigal, Pau Terol, Andreu Zaragoza, Miguel Ángel Cordero y Xavi Maureta. “Easy Living”, “My Favourite Things”, “How Deep Is The Ocean” o “Stardust”, sonaron de forma perfecta, espléndida, pero a decir verdad, excesivamente planos.

Andreu Zaragoza


 
Lástima, pues son grandes músicos, como demostraron en el tema ejecutado sin la cantante –sin duda un punto y aparte en la velada-, que bien vale la pena escuchar. Pero esta vez las partituras encorsetaron en demasía el resultado.

 Miguel A. Cordero
Ah! Y por cierto, tratándose del auditorio del conservatorio, con tal densidad de músicos por metro cuadrado, y de un concierto gratuito, ya hubiera podido estar lleno hasta la bandera, en vez de medio vacío.

Xavi Maureta

Profesores de Jazz del CMSIB. Auditorio del Conservatorio 5 de mayo de 2016

viernes, 6 de mayo de 2016



Nuevo triunfo del Smooth Jazz
 

         El guitarrista alemán, afincado en California desde los años ochenta, Nils –colaborador entre otros de George Benson, Paul Brown, Gerald Albright o The Temptations-  ponía el broche final a la quinta edición del Mallorca Smooth Jazz Festival con una edulcorada versión del veterano ‘Europa’ de Santana. Toda una cadencia de notas suaves que seguían enloqueciendo a un auditorio al que no había costado demasiado levantar de los asientos. Momentos antes también lo había hecho cuando invitaba al saxofonista Paul Taylor, quien prácticamente dejaba de firmar discos –la cola era más que destacable- de su último producción que minutos antes había inundado de música el mismo escenario, para acompañarlo. Dos músicos de corte sonoro y estilo bien distintos -más incisivo y de mayor recursos el saxofonista y un tanto más repetitivo el guitarrista- pero que acaban entendiéndose perfectamente sobre el escenario. 

 





         I es que si por una parte el público siempre resulta tremendamente agradecido, por otra, los músicos que comparten el cartel nunca escamotean ninguno de sus registros más espectaculares y efectistas en el festival. Este año lo hemos comprobado con los saxofonista Gerald Albright y Eric Darius, en la primera jornada celebrada en el Protur Biomar Gran Hotel & Spa, después del Allstars de l’Església Nova de Son Servera; repetía la noche del viernes Albright junto con la teclista Gail Johnson y Steve Cole, Peet Project, Nathan East y Joey Sommerville, en una larga sesión de mañana y tarde del sábado.




         De nuevo este encuentro hilvanado entorno a su director Christian Bössner, puede alardear de protagonizar una de las mayores convocatorias y contar con un programa nutrido de grandes nombres y figuras del Smooth Jazz que giran por los diversos escenarios que visita el Festival.


     
Paul Taylor – Nils. V Mallorca Smooth Jazz Festival. Protur Biomar Gran Hotel & Spa, 01 de mayo de 2016