martes, 22 de octubre de 2013

Still Morris, elegante e incisivo

         Still Morris, álter ego artístico de Eloy Pardo, acaba de lanzar su nuevo trabajo discográfico. Una nueva aventura que, apoyándose en sus anteriores Now I know y Face To Face, va un paso más allá creyendo firmemente en un proyecto que crece, que se posiciona cada vez más en la precisión, en el buen gusto melódico, en la elegancia y efectividad de poner las guitarras en su preciso lugar, no escamoteando en detalles, incluso en pequeños perfiles que redondean, paso a paso, cada canción. Y en esa perfilería de lujo cabe destacar las intervenciones puntuales del saxofonista –y también en la harmónica- Norbert Fimpel que actúa en la grabación como artista invitado.
         De nuevo el tándem Morris-Escutia –música y textos respectivamente- funciona perfectamente engranado, ofreciendo un trabajo sólido, bien estructurado, rico en matices y que, sin complejos, nos presenta multitud de referentes que fácilmente nos remontan a los setenta y principios de los ochenta.
         Country, folk y rock constituyen los pilares esenciales de Second Hand Rain. Pero hay mucho más, todo un compendio de pinceladas con las que se dibujan un disco que se me antoja más maduro y completo, más tranquilo y pausado. Diría que el mejor de sus trabajos con un resultado final elegante e incisivo a la vez. Y en ello, a buen seguro, tienen mucho que ver tanto Tolo Servera, responsable de la producción y grabación, como Antoni Noguera de las mezclas.



Country, folk y rock constituyen los pilares esenciales de Second Hand Rain, un disco que se me antoja más maduro y completo, más tranquilo y pausado

lunes, 21 de octubre de 2013

Carlos Pizarro, la transparencia del jazz

         La voz del árbol, es un álbum dedicado a la vejez, a los mayores, a la fugacidad de la vida, al amor por las personas y las cosas, en definitiva a la experiencia. Así, más o menos, reza en las notas que acompañan al disco de propia mano del guitarrista asturiano Carlos Pizarro. Pero más allá de todo ese sentimiento vertido, de todas esas sensaciones que revolotean entre la docena de temas –ocho rubricados por el propio Pizarro, uno más por cada otro miembro del cuarteto, además de “Al-imbiq” el oasis más tempestivo de autoría conjunta-  que componen esta producción, La voz del árbol es también un gran disco de jazz, donde la música fluye con claridad, con la amabilidad justa para una aproximación sin aristas, llana y tremendamente gratificante.
Un disco donde, amén de esos discursos más incisivos de guitarra y saxo, el cuarteto –Javier Rubio al saxo tenor, Horacio García al contrabajo y Félix Morales a la batería, lo completan- se presenta equilibrado, compacto, uniforme y en una onda absolutamente convergente
         A simple escucha, diríamos que se trata de un disco sin vericuetos, con toda la tranquilidad y pausas necesarias. Y tal vez así sea, pues con melodías sugerentes y armonías confortables, deja al descubierto una música trasparente, sincera. La ternura sería otra cualidad definitoria de este trabajo, como lo sería también la apuesta por las cosas sencillas que es, al fin y al cabo, donde habita la belleza.



La voz del árbol es un gran disco de jazz, donde la música fluye con claridad, con la amabilidad justa para una aproximación sin aristas, llana y tremendamente gratificante

domingo, 20 de octubre de 2013

Cardona y Brunet, intimismo y lirismo

Imaràntia? Sí, inicialmente también quedé perplejo sin saber qué era, a qué hacía referencia, qué podía esperar. Ahora, después de participar en su presentación en directo en los mismos estudios donde se ha grabado y, sobre todo, tras una serie de escrupulosas escuchas, puedo afirmar que sé lo que es Imaràntia.
Al menos para mí, pues seguro que cada uno, a raíz de los distintos sentimientos, emociones y sensaciones que le conmuevan personalizará su interpretación, su idea, Imaràntia es un completo ejercicio de reflexión desde el intimismo y la sinceridad a través de un planteamiento traslúcido. En lo que cuenta, vida personal pero también cotidiana, y como lo cuenta, con esa música –piano, cuerda y pinceladas de percusión- que acaricia, también intimista, siempre presente, siempre quedándose en lo justo, nunca escueta, y que en ningún momento restará protagonismo al texto.
Maria José Cardona, proveniente del mundo del pop-rock –concretamente del formentereño 4 de copes-, nos revela un nuevo espacio sonoro mucho más acústico y tierno, de voz clara y con acento folk –como me recuerda su “Començant a recordar” en algunos momentos al “You’ve got a Firend” de Carole King-. Por su parte Miquel Brunet, lejos de un ejercicio camaleónico que pudiera quedarse en la epidermis, se zambulle de lleno en las melodías aportándoles un lirismo emocional que se adapta perfectamente a ese cosmos de Imaràntia.



Imaràntia es un completo ejercicio de reflexión desde el intimismo y la sinceridad a través de un planteamiento traslúcido.