viernes, 4 de noviembre de 2011

Libertad, distinción y jondura


         Dicen que una imagen vale más que mil palabras; pues bien, si tuviéramos la instantánea reflejando la cara de los músicos de la sinfónica durante la taranta que precedió a la “Zambra Mora para Rafael”, que el músico madrileño compuso para su padre, interpretada a flauta solo, lo diría todo. Una estampa entre la perplejidad, la sorpresa, la admiración y la incredulidad por el chorro musical rebosante de pasión y jondura que fluía de la flauta de Pardo.



         Pero ni la imagen, ni las palabras, podrán substituir a la música de enorme calibre que llenó la última jornada del Festival de Jazz de Alcúdia. Un proyecto novedoso, valiente y arriesgado que circula por el flamenco, juega con las improvisaciones y libertades del jazz y se engalana con el cuerpo sonoro de la orquesta, guiado por unas autorías de gran solidez con arreglos y meritorias orquestaciones a cargo de Toni Cuenca.    



         Una combinación chocante a priori  pero que resulta de lo más interesante, con sus puntos de tensión y relajo, en unas composiciones, por lo general de nueva manufactura y que encontraremos en “Huellas”, su próximo álbum.
         Si es cierto que la velada, dividida en dos partes de 55 minutos, se inició con un exceso de cuerda y algo falta de presencia de los cobres, el sonido de la Simfònica fue equilibrándose hasta conseguir una exquisita simbiosis. Sobre todo, cuando Armando Lorente abandonó la batería para ocuparse del vibráfono.
Soberbio ese bis de regalo, de nuevo a travesera solo, jugando y engrandeciendo la “Danza del fuego” de Falla.


JORGE PARDO + TONI CUENCA + ORQUESTRA SINFÒNICA IB. Festival de Jazz de Alcudia, 28 de octubre de 2011
Fotos: José Luis Luna


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