Mayor amplitud musical
Con tan
solo dos acordes y apenas tres líneas de texto se pueden construir canciones y que
acaben convirtiéndose en lo más resultonas. Así de simple puede llegar a ser el
pop. Si no están convencidos de ello, bastará con escuchar a la pareja formada
por Joana Pol y Pere Bestard, para disipar cualquier tipo de duda. Y es que me
temo que Donallop acabará convirtiéndose en el incomprensible nuevo despegue
musical balear que exportaremos más allá de sa roqueta. Hecho por el que,
atendiendo a algún que otro antecedente, no deberíamos rasgarnos las vestiduras
ni extrañarnos demasiado. Les sienta bien el escenario y además con este Misteris de sa vida, su segundo larga
duración de estudio después de #Milestones
y para el que han contado con la producción del asturiano Paco Loco, han
decidido dar el paso de dúo a banda.
Sin desprenderse
totalmente de ese aire atmosférico ni abandonar definitivamente un cierto
minimalismo intimista, para el estreno o primera presentación en directo de
estas nuevas canciones, han contado con la incorporación de Pedro Moyà a la
batería y Juanjo Montserrat al bajo; condición que les permite mayor amplitud
musical y dar un paso más allá en su propuesta sonora. Ahora bien, es una
lástima que no apuren un poco más esos textos, que no dejan de resultar
livianos, y que la voz de Joana, en la que claramente se vislumbra grandes
cualidades y posibilidades, no acabe de despuntar con un mayor protagonismo.
Tampoco iría mal una guitarra con fundamento para que con punteo delicado, pero
efectivo, acabara de dar cuerpo y solidez a las canciones.
“Corsaris”,
“Magranes”, “Abismes”, “Maneres d’estimar”, “Sa madona de sa casa”…, fueron
desfilando para llenar poco más de una hora de concierto frente a un público
escaso en número –algo más de medio centenar-, pero significativamente generoso
en agradecimiento.
Donallop. Audirorium, Sala Mozart, 28 de enero de 2017.
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