lunes, 16 de enero de 2017



Alma poética






Y uno puede preguntarse: ¿qué nuevo cantar cuando lo siempre cantado mantiene, además de la belleza, la magia del presente? La voz de los poetas, propuesta artística con la que Amancio Prada ha regresado a Mallorca después de una largo periodo de ausencia, es precisamente la reinterpretación de un repertorio conocido y que le viene acompañando desde mediados de la década de los setenta del siglo pasado y que ha ido ampliando como quien tira del hilo para desmadejar nuestra lírica más sentida. Y es que si las canciones poseen cuerpo y alma, es esta última la que el del Bierzo ha sabido arrancarles para presentarla desvelada, echándola a volar desde su garganta reivindicando esa ternura y emotividad que, como apunta el cantautor, nace en los propios versos. Porque el leonés, junto con el valenciano Paco Ibáñez, ha hecho más por la poesía patria que cualquier curso académico de literatura.



Acompañado de su guitarra y del chelista Rafael Domínguez, en la Església de Sant Antoni Abat de sa Pobla, nos ofreció un recorrido antológico por esas figuras cumbres de la lírica a las que lleva cantando desde hace más de cuarenta años. El Romancero -“Romance del conde Arnaldos” o “La misa de Amor”-, las medievales cántigas de Amigo gallego-portuguesas, las rimas de San Juan de la Cruz, las coplas de Santa Teresa de Jesús, los poemas de Rosalía de Castro –“Campanas de Bastabales” o “Adiós ríos, adió fontes”-, Lorca, Leo Ferré –dedicando “A ti” a una presente María del Mar Bonet- o Agustín García Calvo, fueron convocados, como siempre, de forma transparente y cristalina, con ese carácter que asemeja desnudez pero que en verdad se arropa de delicadeza y hermosura extrema.
Fueron casi dos horas de un recital, no por sabido menos exquisito, perfilado por la mística y ese atractivo sempiterno de la poesía en mayúsculas.



Amancio Prada. Església de Sant Antoni Abat, sa Pobla 13 de enero de 2017.

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