Órdago
Jorge Pardo
comenzó a escribir su nombre en mayúsculas en esto del flamenco y del jazz, y
sobre todo en la fusión de ambos registros, mucho antes de ese reconocimiento
que le otorgara, a principios del pasado año, la Académie du Jazz
francesa como el Mejor Músico de Jazz Europeo, lo que no quita que tras una
larga trayectoria protagonizada por la excelencia, por el denotado
enriquecimiento de la música patria y forjando futuros reactivando esta
simbiosis, no sea éste, aún mayor motivo para respaldar una propuesta como la
vivida el pasado sábado en el Teatre de Artà y que casi llenó el aforo. Y es
que el XXVI Festival de música clàssica Antoni Lliteres nos ha brindado la
oportunidad de una nueva reedición de aquel proyecto que vivimos hace tres años
en el Festival de Jazz de Alcúdia calificado en su momento, por quien suscribe,
de novedoso, valiente y arriesgado.
Esta vez,
con los oportunos arreglos de Toni Cuenca, curtidos y musicalmente tupidos en
algunos momentos, se adaptaba un similar repertorio a la Big Band del
Conservatori Superior de les Illes Balears, un ensemble de cuerdas, percusión y
taconeo flamenco, con un resultado tanto o más satisfactorio.
Correctísimas las cuerdas y lástima
la juventud de la Big Band que, pese a contar con grandes y prometedores músicos,
no aprovechara para improvisar con Pardo. Tal vez el excesivo respeto –resulta
comprensible- impidiera ese desparpajo necesario y buscado por el maestro que,
en cambio, sí encontrara con Benji Habichuela al cajón. En cualquier caso fueron
casi dos horas realmente extraordinarias, en las que estuvo especialmente magistral
con el tenor, soberbio con la flauta, como siempre, y de órdago en esa rúbrica
final con un Manuel de Falla por bulerías.
Jorge Pardo + Big Band Conservatori Superior IB + Cuenca
Strings Ensemble. XXVI Festival de Música Clàssica Antoni Lliteres. Teatre d’Artà, 29 de
noviembre de 2014
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