Diáspora europea
Poco género
masculino entre el público. Es lo que suele suceder cuando la cultura rivaliza
con el futbol. No parecía la mejor ocasión, esa coincidencia con el estreno de
la Roja en el mundial carioca, para presentar su nuevo trabajo en sociedad;
aunque, para ser justos, habría que decir, también, que el concierto coincidía
con otras propuestas musicales en lugares, además, cercanos. Entre lo uno y lo
otro, y pese a la gratuidad que caracteriza al Cicle del Corpus a Palma en
varios de los patios de Ciutat, la realidad es que no se cubrió la totalidad
del aforo del antiguo Convent de Santa Margalida.
Después de
un repaso mucho más genérico por las plurales melodías del mundo que
caracterizaron su primer trabajo discográfico, ahora, la pianista Júlia Alcaraz
y el violinista Jordi Garcia, se centran en el legado sonoro de la música judía
que, por cierto, ya abordaron en su debut. Música tradicional, religiosa
balcánica, piezas sefarditas y la riqueza tímbrica y rítmica del Klezmer de las
comunidades judías de la Europa Oriental, con gran arraigo en la herencia
rumana, forman los pilares esenciales sobre los que despliegan su gran
pulcritud interpretativa. Ambos se acoplan perfectamente y tejen ese lenguaje
musical cristalino, ligero en su apariencia; pero profundo en su mensaje
musical. Una propuesta que acentúa su vertiente más amable, facilitando su
aproximación.
Nos dieron
la bienvenida con Shalom Alehem, se introdujeron en los Balcanes de los
klezmorim con Adje Jano, y siguieron el viaje por la tradición popular
de Der Gasn Nigum y las incorporaciones musicales adaptadas por los
judíos en su diáspora europea. Un interesante y didáctico recorrido que nos
llevaría hasta un gardeliano Por una cabeza, El Cant dels ocells o
La Dama de Mallorca.
Un Món de Músiques. Júlia Alcaraz (piano) y Jordi García (violín). Corpus a
Palma. Convent de Santa Margalina, 13 de junio de 2014.
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