miércoles, 18 de junio de 2014

Diáspora europea

         Poco género masculino entre el público. Es lo que suele suceder cuando la cultura rivaliza con el futbol. No parecía la mejor ocasión, esa coincidencia con el estreno de la Roja en el mundial carioca, para presentar su nuevo trabajo en sociedad; aunque, para ser justos, habría que decir, también, que el concierto coincidía con otras propuestas musicales en lugares, además, cercanos. Entre lo uno y lo otro, y pese a la gratuidad que caracteriza al Cicle del Corpus a Palma en varios de los patios de Ciutat, la realidad es que no se cubrió la totalidad del aforo del antiguo Convent de Santa Margalida.



         Después de un repaso mucho más genérico por las plurales melodías del mundo que caracterizaron su primer trabajo discográfico, ahora, la pianista Júlia Alcaraz y el violinista Jordi Garcia, se centran en el legado sonoro de la música judía que, por cierto, ya abordaron en su debut. Música tradicional, religiosa balcánica, piezas sefarditas y la riqueza tímbrica y rítmica del Klezmer de las comunidades judías de la Europa Oriental, con gran arraigo en la herencia rumana, forman los pilares esenciales sobre los que despliegan su gran pulcritud interpretativa. Ambos se acoplan perfectamente y tejen ese lenguaje musical cristalino, ligero en su apariencia; pero profundo en su mensaje musical. Una propuesta que acentúa su vertiente más amable, facilitando su aproximación.



         Nos dieron la bienvenida con Shalom Alehem, se introdujeron en los Balcanes de los klezmorim con Adje Jano, y siguieron el viaje por la tradición popular de Der Gasn Nigum y las incorporaciones musicales adaptadas por los judíos en su diáspora europea. Un interesante y didáctico recorrido que nos llevaría hasta un gardeliano Por una cabeza, El Cant dels ocells o La Dama de Mallorca.



Un Món de Músiques. Júlia Alcaraz (piano) y Jordi García (violín). Corpus a Palma. Convent de Santa Margalina, 13 de junio de 2014.

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