jueves, 21 de junio de 2012


El Llorenç Santamaria más personal

                  Hacía mucho tiempo que Llorenç Santamaria no entraba en un estudio para ofrecernos una visión tan personal de lo que es y significa para él el mundo de la música. Y lo acaba de hacer desempolvándose, con respeto, de esos éxitos –léase “Para que no me olvides”, “Si tu fueras mi mujer” o “Bailemos”- que no dejan de pesar como una losa y sin los que muy probablemente no sería lo que es hoy en día, y a su vez recogiendo buena parte de todas aquellas músicas que le han ilusionado a lo largo de su vida.
         Pero dejando de lado a nostálgicos empedernidos -me consta que siguen reclamándole las susodichas canciones en los conciertos- y afrontando el nuevo trabajo sin contemplaciones y, sobre todo, sin perjuicios, nos encontraremos con un buen álbum en el que a pesar de su eclecticismo que pasa por la balada, alguna que otra ligereza o el country –compartiendo micrófono con Tomeu Penya-, prevalece el rock & roll, sin duda su mejor registro.
         Llorenç ha aprovechado ese acelerón en su actividad que le ha supuesto el musical “Cop de Rock”, para no bajar al ralentí y, reinventándose a sí mismo, seguir dando lo mejor. “Pell de gallina”, álbum realmente muy bien instrumentado es la evidencia de que aún hay cantante con poderío para largo, y si además reivindica el catalán para el rock, como podemos apreciar en todos los temas a excepción de “A love So Beautiful” de Roy Orbison y que singulariza la única autoría ajena, tanto mejor.




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